Una jubilación ideal

Durante la celebración de las Bodas de oro de la promoción 1963 conocí a Monica Stecher y creo que su testimonio puede ayudar la preocupación que muchos tenemos ante la jubilación. La vida de Monica es muy interesante. Ha vivido en muchas ciudades y países, en condiciones muy distintas y me atrevo a decir que tiene la mentalidad “en donde me toque vivir, viviré”, tomando siempre el toro por las astas buscando alternativas para ser mejor.

La vida de Monica es muy interesante. Ha vivido en muchas ciudades y países, en condiciones muy distintas y me atrevo a decir que tiene la mentalidad “en donde me toque vivir, viviré”, tomando siempre el toro por las astas buscando alternativas para ser mejor.

Trabajó para UNICEF desde 1980; primero en Lima como secretaria y luego como asistente de proyectos. Ella comenta: “La situación económica en el Perú era, en esa época, tan desastrosa que incluso con remuneraciones buenas en soles, no alcanzaba para mantener a mis dos hijas en un colegio privado y pensando en el futuro postulé a una posición internacional de secretaria y me ofrecieron -por teléfono- que escogiera entre Khartoum, Pnom Phen y Maputo.

En ese momento no tenía la menor idea dónde quedaban estos lugares y respondí Maputo, porque me sonaba mejor. Dos meses después, estaba en Mozambique con mis dos hijas, en un país de habla portugués y con una escuela internacional de idioma inglés. Nos adaptamos a los idiomas y trabajando con dedicación y entusiasmo, fui promovida en el trabajo y adquirí mayores responsabilidades. Luego me trasladaron a Guinea Bissau (África del este), donde, por mi trabajo como representante a.i. de UNICEF, conocí a mi actual marido que era embajador de los EE.UU. Continué mi carrera en UNICEF como oficial de operaciones (la persona encargada en una oficina de los departamentos de personal, administración, finanzas, suministros, IT y seguridad) en Lesotho, Marruecos e Indonesia, de donde, en 2002, opté por la jubilación anticipada a los 55 años. Desde entonces, resido en los EE.UU.

Desde entonces, resido en los EE.UU. Durante los primeros cinco años, decidí operar un Bed & Breakfast pero ya a los 60 años quise tomarme la vida con más calma y pensar en una jubilación real. ¿Qué hacer con mi tiempo después de haber trabajado toda mi vida?.

Pues decidí hacer algo muy diferente: opté por probar algo, que nunca había hecho ni me imaginé haría. Hoy, a mis 66 años estoy muy comprometida con el patinaje artístico sobre hielo. Al comienzo era como aprender a caminar, hoy en día participo en shows, en exhibiciones, en competencias y también en exámenes para pasar de un nivel a otro. Con mucho orgullo soy la mayor del grupo de adultos de una asociación de patinadores (me sigue la siguiente con 56 años).”

Im Norden, im Süden, wo es nur immer ist,
vergiss nie, dass du ein Humboldtschüler bist.