¡Buenos días Henry!
Fueron las primeras palabras que yo escribía todos los martes y jueves en mi computadora. Esos días, Henry se encargaba de hacer el rol de reemplazos y yo le enviaba información desde mi casa. Él se encargaba de procesar las ausencias imprevistas de profesores y a comunicar los reemplazos primero en los paneles de la sala de profesores y después en los monitores de H1 y H2. Henry no solamente era muy responsable y creativo, sino que anotaba todos los incidentes y los cambios de tal manera que yo pudiera continuar con su trabajo en el transcurso de la mañana. Si yo hacía algún ajuste en el programa y me olvidaba de decírselo, él no se molestaba sino buscaba - gracias a sus conocimientos informáticos - una solución.
Fue un colega de trabajo ideal. Siempre alegre y de buen humor, sin importar los desafíos que significaban los Refos y Sprachdiplome, entre otros. En los ratos libres me mantenía informado sobre el desarrollo financiero de la bolsa y la economía peruana. Conocí a Henry en 1998 cuando inicié mi trabajo en el colegio Humboldt. En ese entonces él era profesor de matemática e informática desde 3 años antes y yo recién llegaba de Alemania. Debía enseñar matemática en alemán a alumnos de habla castellana. Henry me dio buenos consejos de cómo manejar esa situación. También fue un gran consejero cuando tuve que enseñar informática.
Henry se quedó en el colegio por 20 años de 1995 a 2015. No me puedo imaginar cómo están cambiando las cosas. Al comienzo seguramente nos costará acostumbrarnos, pero me alegra sobre todo por su simpática familia y la bolsa de valores de Lima ya que ahora tendrá más tiempo para ellos.
Gracias por el tiempo que compartimos en el trabajo. A pesar de que tuve que regresar a Alemania, estoy seguro que nuestros caminos se volverán a encontrar.
¡Hasta pronto Henry!
Siegfried Vollprecht