Y vivieron felices para siempre
Gracias a la iniciativa de Andrés Richter (prom 2008) se juntaron Giulianna Camminati, Indira Icochea, Patricia Quiroz, Adriana Bickel, Christiana Poggi, Valeria Bendezu y Melanie Bentin para deleitarnos con una excelente obra teatral.
Andrés dirigió ad honorem un taller de teatro para exalumnos durante el año 2013. Después de muchos ensayos, presentaron el 7 y 8 de marzo 2014 la obra de los hermanos Grimm “Y vivieron felices para siempre”. El profesionalismo de Andrés permitió que las actrices destacaran sus habilidades artísticas y combinaron de forma sobresaliente la comedia y el suspenso. La obra nos transportó a nuestra niñez cuando nos leían los cuentos "Juana la Muda", "Hans el erizo" y "Juan Sinmiedo". Fue una noche que cautivó al público de todas las edades.
Anya Hein
Coordinadora Alumni
Taller de teatro de exalumnos
Todos contamos con proyectos que esperamos realizar durante el transcurso de nuestra vida. Si algo he aprendido desde inicios de septiembre del 2013 hasta el 8 de marzo de este año, es que siempre debemos intentar cumplir estos proyectos o sueños lo más pronto posible y, claro, como se estila en el teatro, siempre pensando de manera optimista.
Si bien solemos ir al teatro para desestresarnos, divertirnos o encontrarnos a nosotros mismos, casi nunca sabemos el trabajo que ocurre tras bambalinas y sobretodo, el proceso por el que ha pasado cada una de esas personas que se encuentra frente a nosotros desempeñando un papel, intentando controlar sus nervios, repasando mentalmente sus líneas, recordando no sólo los últimos tips que le dieron en los ensayos sino que el verdadero reto empieza cuando hay que mantener la concentración cada día en el escenario.
Concentración. ¡Creo que cada una de nosotras ha escuchado a Andrés decir esa palabra mil veces y en todas las tonalidades posibles! Y es que tanto nosotras como él nos enfrentábamos a un gran reto, en el cuál la concentración es lo más importante para poder controlar todas las otras variables.
Giulana, Patty, Adriana, Christiana y yo nos conocimos a finales de septiembre y con otras chicas más trabajamos arduamente hasta fines de noviembre en el taller que Andrés planteó, planificó y realizó solo. Su idea era hacer una obra de teatro para inicios de marzo de este año, pero antes quería hacer un taller seguido por una presentación de monólogo no sólo con el fin de conocernos entre nosotras, sino también y lo más importante, para enseñarnos las diversas técnicas que él había aprendido. Es así como Andrés empezó a enseñarnos con ayuda de su libreta el Labán, una serie de movimientos y expresiones corporales que más adelante nos ayudarían para trabajar en nuestros monólogos; los elementos fuego, aire, tierra y agua es la energía de cada uno de ellos que luego permite realizar acciones o encarnar personajes sin perder la energía del elemento con el que estábamos trabajando; y los animales, logrando que cada uno de nosotros fuera capaz de encarnar diversos animales y de luego utilizar la energía y comportamiento de ellos para elaborar diversos personajes.
Algunas ya eran actrices con experiencia, otras no; pero, durante estos 6 meses han participado diversas personas en el taller que por uno u otro motivo tuvieron que retirarse y a inicios de este año se sumaron Valeria y Melanie, quienes debieron aprender en tiempo relámpago varias de las técnicas enseñadas por Andrés. Ha sido un trabajo arduo. Pero no se puede negar que nos hemos reído, tanto de nuestras fallas, como de las anécdotas que nos contábamos mientras calentábamos y que en conjunto y también por separado hemos aprendido el límite, al que podemos llegar tanto por paciencia como por esfuerzo físico y mental. Cada una empezó el taller con sus propias expectativas y limitaciones y Andrés ha estado ahí para ayudarnos a sobrepasar esos límites que nos poníamos nosotras mismas, o para ponernos el límite. Andrés ha sabido lidiar muy bien con nuestros temperamentos, con nuestras limitaciones y frustraciones, con nuestras alegrías y desconcentraciones, así como porque su taller y posterior obra terminó consistiendo solo de chicas, lo cual implicaba un gran reto tanto para él como para nosotras a la hora de tener que trabajar en la energía masculina que sería necesaria para trabajar en los personajes masculinos.
Si bien al comenzar este año y conforme se iba acercando el día del estreno el estrés y trabajo aumentó, siempre intentamos tomarlo todo con gran optimismo mientras reforzamos en los ensayos, de manera individual o grupal, nuestras escenas y personajes y recibíamos los consejos y ayuda de Ines Belleti, Sebastián, Luciana y el apoyo de los trabajadores del colegio.
Ya han pasado dos semanas desde el estreno de nuestra obra y aún recibimos buenos comentarios sobre lo bien que estaba y las sugerencias de presentarnos de nuevo.
Nos alegramos del éxito, que la obra haya gustado y esperamos que se hayan llevado en sus corazones no sólo a los personajes sino la idea de que todos nos merecemos un final feliz. Esperamos que hayan recobrado esa ilusión de ser unos niños esperando el final del cuento con ansias el final de la historia, que hayan podido volver a alimentar sus fantasías y encontrarse en ese mundo de los cuentos de hadas.
Este taller no sólo nos brindó la oportunidad de aprender más sobre el teatro, de descubrirnos a nosotros mismos y a veces hasta de reconciliarnos con diversos aspectos de nuestro carácter sino también nos ha ayudado a conocernos entre diversas promociones, a intercambiar diversas experiencias y realidades, hemos aprendido de las experiencias de vida de cada uno y nos llevamos eso con nosotros, hemos aprendido también que toda meta, sueño o proyecto hay que cumplirlo y esperamos haber podido cumplir con éxito el proyecto que tenía Andrés en mente y haberlos podido encantar a ustedes en el intento! ¡Muchísimas gracias Andrés y muchísimas gracias a los que fueron a vernos! ¡Hasta la próxima obra!
Indira Icochea
Prom XLVI (2010)