Dra. Jacqueline Barrientos, prom 1991
Jacqueline estudió biología en la Universidad de Puerto Rico y medicina en la Escuela de Medicina de Ponce. Durante sus estudios superiores obtuvo un premio del Instituto Médico Howard Hughes para hacer una pasantía de investigación oncológica en el Instituto Nacional de la Salud (NIH por sus siglas en inglés). Luego, siguió sus estudios de medicina interna en la Universidad de Yale y la especialización en hematología oncológica en la Universidad de Weill Cornell. Actualmente, trabaja al lado de reconocidos investigadores con tres nuevas moléculas, de las cuales dos ya están siendo utilizadas para salvar la vida de los pacientes con leucemia linfocítica crónica y en linfoma Non-Hodgkins.
Ella nos cuenta: “Hice la residencia en la especialidad de medicina interna en la Universidad de Yale, donde también participé en la investigación del linfoma Non-Hodgkins. Cuando elegí la especialidad de hematología oncológica, escogí mudarme a la ciudad de Nueva York y estudiar en la Universidad de Cornell. Allí tuve la oportunidad de investigar sobre linfoma y leucemia con los doctores John Leonard y Rick Furman, eminencias en este campo. Al terminar la especialidad, ellos me recomendaron trabajar con el Dr. Kanti Rai quien es el "padre de LLC", quien descubrió el "estadio de Rai" que clasifica a los pacientes en términos de sobrevivencia. Después de entrevistarme con él, acepté trabajar con su grupo una vez graduada. Tuve su apoyo en mis investigaciones y también acceso a innumerables moléculas en etapa de investigación temprana. De las existentes, decidí escoger tres moléculas que me parecían las más prometedoras.
¿Cuánto tiempo te tomó investigar estas moléculas?
Cinco años. Tuve mucha suerte, como ganarse la lotería. Por lo general, uno puede investigar durante cincuenta años y nunca ver desarrollar las moléculas o ser aprobadas para el uso humano. De las tres que escogí, dos de ellas ya están aprobadas para su uso y la otra está a punto de ser aprobada por el FDA (autoridad en Estados Unidos que regula los medicamentos). Una es ibrutinib, la otra es idelalisib y la tercera es venetoclax, que es una de las drogas más prometedoras en este campo de linfoma y leucemia.
¿Cuál es la ayuda de estos medicamentos?
Con una terapia como ibrutinib el paciente siente como si su vida es como antes del diagnóstico del cáncer. Solo al tomar una pastilla. Lograr eso es indescriptible. Los pacientes ya no tienen náuseas, dolor, ni pérdida de cabello porque estas drogas no son como la quimio o la radioterapia. Tienen efectos secundarios distintos; por lo general, mucho mayor tolerados que todo lo que usábamos en el pasado.
¿Cuánto te ha ayudado el idioma alemán y el nivel de inglés con el que saliste del colegio para desenvolverte en EEUU?
Muchos de los congresos científicos son en Alemania; así que viajo mucho y me ayuda en el día a día. Sin embargo, cuando fui a Berlín a dar una conferencia me pidieron que la hiciera en inglés porque la mayoría son asistentes internacionales y el inglés se convierte en el idioma de uso común en las ciencias. Hace poco, el doctor Stephan Stilgenbauer de la Universidad de Ulm me entrevistó [ASCO 2015: Latest in chronic lymphocytic leukaemia. ASCO 2015. cancer - Conference highlights and events calendar] y se sorprendió mucho cuando después de la entrevista le dije "in Ulm, und um Ulm, und um Ulm herum".
Sobre el nivel de inglé en el Humboldt tuve un nivel excelente. Eso sí, cuando llegué a la Universidad y tenía todas las fórmulas matemáticas memorizadas en alemán en mi cabeza y las tenía que traducir al inglés se me hizo un poco difícil al principio. Ahora que vivo tantos años en los EEUU se me hace más fácil pensar en inglés. Antes era a la inversa. Sin embargo, el fin de semana pasado estuve en Epcot Center y fui a un restaurant alemán. Cuando mi hija me escuchó hablar en alemán me miró con cara de “no entiendo nada”. A ella le hablé en alemán cuando era bebé y compré libros para leerle, pero fue difícil porque ya con el castellano y el inglés ella tenía una mezcolanza. Tengo la esperanza de que un día quiera aprender alemán; ahorita está estudiando latín en el colegio. Mi esposo dice que aun cuando hablo inglés hay veces que me sale un poquito de acento alemán. ¿Será que el inglés me lo enseñaron profesores alemanes?
¿Has tenido algún paciente exalumno del Humboldt?
No, todavía. En mi campo de la hematología oncológica preferiría que no, porque el cáncer es una enfermedad traicionera. Es un campo muy difícil y, por lo general, la gente no quiere tener que ver a un oncólogo. He tenido varios amigos del Humboldt que me han contactado preguntándome sobre la situación de sus familiares; así los ayudo a comprender el diagnóstico y el tratamiento.
¿Qué recuerdos tienes del colegio?
Los mejores recuerdos de mi vida son los del colegio, de mis amigos y de los profesores. Mis mejores amigas, a las que considero mis hermanas aun hoy después de varias décadas, son las que conocí en el Humboldt. Hablamos siempre por whatsapp. Cuando viajamos, nos vemos. Hace unos meses nos encontramos en el matrimonio de una amiga. Aunque estamos repartidas por todo el mundo y vivimos en diferentes continentes, siempre intentamos mantener la amistad. ¡Tuve tan buenas experiencias en el Humboldt! Mi hermano vive en Lima y decidió poner a sus hijos en el Humboldt desde kindergarten: la mayor (Viviana Barrientos) ahora está a punto de graduarse de medicina, siguiendo los pasos del abuelo y de los tíos, y el “pequeño Barrientos” (Santiago) se acaba de graduar hace unas semanas. ¡El tiempo pasa muy rápido! ¡El próximo año es nuestro 25 aniversario de graduación!
¿Has ganado algún premio por tu investigación?
Sí, he obtenido varios premios a través de mi carrera. Los más importantes (por prestigiosos y selectos) han sido dos becas del instituto médico Howard Hughes para seguir investigando. Durante la residencia en la universidad de Yale mi investigación fue seleccionada entre todos los residentes como la más prometedora. El año pasado recibí el premio de la Fundación Robert Wood Johnson y de la sociedad americana de hematología para seguir avanzando en mi carrera profesional. También fui becada por el gobierno de los EEUU para completar una maestría en investigación clínica en la Universidad de Weill Cornell. Espero poder presentar en unos meses mi tesis y obtener un título más ☺. Como doctora, uno de los más importantes logros ha sido ser coautora en varios artículos publicados en la revista de medicina más importante conocida como el “New England Journal of Medicine”. Lograr una publicación en esta revista es casi imposible. Tengo 6 seis publicaciones y mis colegas senior me preguntan en broma cómo lo hago.
¿Cuál es tu próxima meta?
¡Tengo muchísimas! ¿Por dónde empiezo? Una: poder establecer más contacto profesional con doctores latinoamericanos. En noviembre pasado pude traer a 15 doctores de Colombia y Perú a mi instituto para informarse sobre el linfoma y la leucemia. Espero realizar más eventos similares. En un futuro me gustaría investigar sobre disparidades en el campo de la salud, sobre todo en lo que se refiere a poblaciones latinas. Es muy importante para mi que la siguiente generación pueda tener acceso a una educación que permita estudiar ciencia y tecnología. He empezado a ser mentora de estudiantes entusiasmados en el mismo campo, sobre todo mujeres. Lamentablemente no somos muchas en este campo, sobre todo si somos mujeres latinas. El concepto de la mujer latina en los EEUU es lo que se muestra en televisión. Muchas veces los pacientes y colegas no me reconocen si no me pongo una bata blanca, porque no están acostumbrados a ver a una mujer latina en el campo de la ciencia médica. He sido muchas veces invitada a conferencias y se sorprenden al ver una mujer joven latina. Por esa razón no cambié mi apellido cuando me casé. Nadie me reconocería si digo que mi nombre es Jacqueline Sawicki. En el campo de la investigación, siempre hay espacio para crecer, no solo profesionalmente sino también en lo personal. Por eso siempre tengo tiempo para estar en casa compartiendo con mi familia, y nos demos una escapada un fin de semana para estar juntos. El tiempo pasa muy rápido y hay que disfrutar el presente, no solo pensar en el futuro.