Las mujeres ante la adversidad
El refugio para mujeres Ramersdorf abrió sus puertas en enero de 2016 como resultado de un proyecto de cooperación de Condrobs eV, Ayuda a Mujeres Munich y Profamilia. Este proyecto municipal tiene como objetivo el apoyo a las mujeres refugiadas que deseen vivir en un ambiente libre del sexo masculino mientras dure el proceso de solicitud de asilo e incluso después hasta haber encontrado una vivienda. La mayoría de las mujeres en este refugio ha llegado a Europa huyendo, sola o con sus hijos. Algunas de ellas perdieron a sus esposos en el trayecto hacia Alemania y sufrieron abusos físicos y/o sexuales en sus países de origen, así como también durante el largo recorrido hasta Munich.
Desde hace un año soy la trabajadora social en este refugio y también me ocupo de su orientación en los trámites de asilo. Nuestro equipo está formado por ocho trabajadores sociales, un jefe de equipo, una administradora y una psicóloga. También contamos con un grupo de voluntarios que ofrece diferentes actividades y tareas específicas para apoyar a las mujeres y a sus hijos para integrarse adecuadamente en Alemania. Mis funciones como trabajadora social son múltiples. Además de los procesos administrativos, como por ejemplo el asesoramiento sobre el procedimiento de solicitud de asilo y los pasos a seguir después de la aceptación, la tolerancia o el rechazo de la misma, apoyo también a las residentes en la búsqueda de cursos para estudiar alemán y de integración sociocultural, lugares de cuidado para sus hijos, nueva vivienda, etc., así como en las consultas médicas, personales y familiares. El manejo de conflictos y la intervención en la crisis del desplazamiento son también parte importante de las funciones de nuestro equipo.
En el refugio también viven niños y adolescentes que asisten a la guardería y al colegio, los que también necesitan de nuestro apoyo ya que muchas madres no tienen aún las competencias necesarias del idioma alemán.
Después de una larga espera, muchos desplazados pueden realizar un curso de alemán o participar en un taller de integración y eso mejora la comunicación; entienden mejor el idioma y pueden expresarse más. Algunas de las mujeres han desarrollado una actitud ejemplar que les da coraje para salir adelante en esta nueva sociedad y cultura. Sin embargo, hay también casos en los que lamentablemente, a pesar de nuestros esfuerzos, se pierden oportunidades. Mi trabajo no siempre es fácil y con el tiempo he aprendido (y sigo aprendiendo) a desarrollar una distancia profesional necesaria para el éxito que se quiere obtener y que me permita disfrutar de mi trabajo.
En el año 2015 alrededor de un millón de refugiados llegaron a Alemania. Las autoridades, y en algunos casos también la sociedad, se sintieron sobrecargadas para enfrentar el problema. No fue porque el país no quisiera acogerlos, sino porque no estábamos preparados para recibir esa enorme afluencia de personas en tan corto tiempo. Cuando digo "nosotros", me refiero a la mayoría de los alemanes. Por supuesto, hay también otras personas que opinan diferente. No sólo el racismo juega un papel importante, sino también el miedo ante los cambios que trae consigo y seguirá trayendo esta inmigración en la sociedad alemana. Cuando Angela Merkel abrió las fronteras en septiembre de 2015, partió de una situación de emergencia: Como Hungría ya no permitía que los refugiados suban a los trenes en dirección al norte, miles de desplazados permanecían durante días en la estación central de Budapest. No querían registrarse porque habían escuchado el rumor que Alemania aceptaría refugiar inclusive a sirios indocumentados. De repente, miles de hombres, mujeres y niños comenzaron a ir caminando hacia el norte.
Recuerdo muy bien las noticias, las imágenes y los sentimientos de esos días: Fueron impactantes. Al inicio del 2015 habían llegado ya muchos refugiados a Europa, pero desde ese fin de semana empezó la inmigración masiva de la que hoy hablamos. En ese momento, muchas personas estaban de acuerdo en que la canciller abriera las fronteras. Sin embargo, más adelante, cuando la gente se dio cuenta de que la afluencia de refugiados no disminuía, mucha gente comenzó a dudar. Haya sido correcto o incorrecto, esta decisión fue tomada en una situación de emergencia y en, situaciones de emergencia, bajo una fuerte presión, se tiene que actuar. Y sólo el tiempo confirma si las decisiones tomadas fueron las más acertadas.
En retrospectiva, considero que ese sábado, la canciller tomó la única decisión posible. Su error fue quizás mantener las fronteras abiertas por tanto tiempo. Sin embargo, habría sido difícil cerrarlas a los pocos días con esa masa de gente; teniendo delante esas imágenes de sufrimiento. A menudo, en este tipo de emergencias imprevistas, se cometen errores y surgen improvistos. Pero, los errores pueden ser corregidos y se aprende para el futuro.
La opinión de la sociedad alemana respecto a los refugiados es muy desigual. Algunos piensan que la canciller ha estado continuamente tomando decisiones erróneas en su política para los refugiados. Otros sienten que eso no es así y la apoyan. Esta situación es nueva para el país, para Europa, para todos nosotros.
Personalmente, entiendo los temores de muchas personas con respecto a los refugiados; especialmente, después de leer algunos informes contrarios en los medios de comunicación. Pero, al mismo tiempo, creo que siempre debemos diferenciar porque las personas no pertenecen a un solo grupo. Es cierto que algunos de los inmigrantes que solicitan asilo en Alemania son “migrantes económicos”, que huyeron de la pobreza. Sin embargo, la pobreza no es una razón para obtener asilo en Alemania y, por lo tanto, a la mayoría de estas personas no se les permitirá quedarse.
En última instancia, no somos nosotros sino las autoridades competentes los que decidirán, tarde o temprano, quiénes se pueden quedar o no, Tengo una gran responsabilidad ante las personas con las que trabajo. Y yo, como parte de la sociedad alemana, contribuyo a buscar caminos y soluciones para ayudar a nuestras residentes y a sus hijos, así como apoyarlos en su integración mientras vivan en nuestro refugio. ¿Cuál es la alternativa? ¿Que los refugiados vivan aquí en las calles, no aprendan alemán y los niños no pueden asistir al colegio, tal como ya sucede en otros países europeos? A menudo me pregunto qué es lo que uno obtiene de quejarse constantemente sobre los refugiados como lo hacen el nuevo partido político de derecha AFD y otras organizaciones de derecha. Los refugiados ya están aquí y están atravesando un proceso de asilo. En el año 2016 llegó un menor número de refugiados y es un desafío para el país integrar socialmente a los refugiados que se queden. Tenemos que aceptar este desafío. Nuevamente, ¿Cuál es la alternativa? Hoy, un año y medio después de la llamada “Crisis de los refugiados”, pienso que Alemania sigue en una buena posición a nivel mundial. No se ha producido el fin del mundo para nosotros. Y tampoco creo que eso suceda algún día.
Yazmin Roman. Prom 1997