Fortalezcamos la identidad para afrontar momentos de crisis

Fortalezcamos la identidad para afrontar momentos de crisis

Hace unos meses me encontraba sentada en un vuelo de 24 horas camino a Indonesia, donde viviría un mes en una comunidad nativa haciendo una investigación en torno a la construcción de la tradición y la identidad. Alejarse del país que tanto admiras y amas siempre trae consigo reflexiones fuertes; pero, en esta oportunidad estas reflexiones traían un matiz bien definido: la costa norte peruana estaba inundándose y en una crisis climática devastadora. Las horas de vuelo pasaban y me retumbaba en la cabeza “¿Dónde está la solución?”.

Sin embargo, luego de haber trabajado los últimos 6 años con personas de comunidades nativas en el Perú y el mundo en torno al tema identidad he conocido el increíble potencial que existe precisamente en aquellos grupos que se suelen considerar como parte del problema. El Banco Mundial señala cifras enormes de poblaciones habitando estados de pobreza y pobreza extrema especialmente en zonas rurales. Dichas estadísticas describen una situación socioeconómica que poco o nada tienen que ver con el valor humano y la sabiduría que en estos lugares existe. Cuando se habla de crisis, esto se olvida.

Como residente y arquitecta en un país tan complejo y diverso como el Perú sé que un estado de emergencia es algo difícil de manejar, seas el Presidente en el gobierno de turno, el habitante afectado o el que observa el caos desde su televisor y no sabe cómo actuar. Es difícil no dejarnos arrastrar por el pánico de la inundación, los derrumbes, las pérdidas materiales y toda la desesperanza que transmiten los medios de comunicación cuando ocurre un desastre. Pero, si nos sumamos todos al llanto terminaremos de consolidar el luto nacional. Lo contrario sucede cuando nos damos la oportunidad de ver a las personas detrás de esta crisis y recordamos la enorme capacidad humana de emerger y crear ¿Y si fuese nuestra identidad la que nos pudiera salvar?

Fortalezcamos la identidad para afrontar momentos de crisis

En el 2011 cofundé Construye Identidad. Mis socios, otros colegas y yo habíamos notado la falta de identidad local que se refleja en las nuevas construcciones de los pueblos y comunidades rurales del país y nos preocupó que ese panorama fuera un reflejo de cuánto hemos empezado a disociarnos de aquellos conocimientos heredados sobre cómo enfrentar la naturaleza y el territorio de una forma coherente y sostenible, con aquellos materiales y conocimientos existentes en cada lugar y que responden a la geografía, el clima y la cultura local.

Pensar en que toda nuestra riqueza nacional y variedad expresada en la construcción tradicional pueda desaparecer en las homogeneizadas “ciudades del mundo” se torna alarmante cuando sabemos que la industria de la construcción se ha convertido en la responsable de consumir el 50% de los recursos naturales, el 40% de la energía y de producir el 50% del total de residuos generados en el planeta Tierra, que sufre por un cambio climático que no sabe manejar, una economía que no logra estabilizar y una contaminación y depredación de la naturaleza que ya no puede ocultar: ¡Estamos en crisis!

En crisis o no, al haber trabajado con grupos humanos una de las primeras impresiones es que las personas sentimos igual donde sea que nos encontremos: todos tenemos expectativas, dudas, sueños, miedos, tristezas y alegrías. Por más obvio que sea este enunciado, es triste ver que la sociedad actual olvida que el ser humano tiene la capacidad innata de relacionarse con otros a través de su humanidad compartida y que es en este punto donde radica nuestra fortaleza como especie capaz de reflexionar y tomar acciones. A esto se suma el hecho de que las decisiones que tomamos los seres humanos se sostienen en procesos lógicos, sensoriales y racionales, pero también en gran medida en percepciones e ideas que pertenecen a la misma esfera abstracta e intangible que la identidad.

Las personas empoderadas reconocen su poder y están al tanto de su capacidad de agentes; inspiran a aquellos que las rodean a volverse activas y a hacer lo mismo con su propia naturaleza. ¿No es este exactamente el tipo de personas que necesitamos en momento de crisis? No necesitamos héroes ni mucho menos víctimas, simplemente personas con capacidades dispuestas a crear nuevas y mejores ideas para nuestro país y para el mundo.

Quizás el país ya vivió un primer movimiento transformador desde lo culinario, con aquellos valientes que se involucraron con lo enredado y sagrado de lo tradicional para devolverle al Perú una nueva propuesta fresca e innovadora que nos hizo seguir en crisis, pero fuertes y orgullosos frente al mundo. Quizá ahora llegó el momento de que encontremos en nuestra construcción tradicional y la sabiduría de nuestra gente, una propuesta igual de revolucionaria para colocarnos al centro de la solución, inspiración y esperanza frente al cambio climático. Para todos esos visionarios, una invitación especial a sumarse a esta revolución y cambio.

Si quieres leer más sobre la construcción tradicional, ser voluntario o sumarte a nuestro programa “Comunidad del Hábitat Sostenible” en favor de que el conocimiento ancestral de nuestras comunidades nativas en costa, sierra y selva no se pierda, entra a nuestra página web www.construyeidentidad.org.pe, escríbeme a investigación@construyeidentidad.org.pe o visítanos en Facebook/construyeidentidad.

Somos una asociación sin fines de lucro que propone conocer, experimentar, promover y revalorizar el uso de materiales locales y técnicas tradicionales de construcción en comunidades rurales del Perú, considerando a sus habitantes como agentes de su propio desarrollo, puesto que poseen una riqueza cognitiva y empírica que ha sido formada y nutrida por el contacto continuo con su entorno.

Graduada de Arquitectura y Urbanismo en la PUCP y de Terapias Holísticas Integrales y Abordaje Sistémico en la escuela Inti k’anchari de Runawasi.

Im Norden, im Süden, wo es nur immer ist,
vergiss nie, dass du ein Humboldtschüler bist.