El ingreso lateral en el Humboldt significa ampliar tu horizonte
Una mirada personal después de 50 años. Nelson Higashionna

Irene Gomez

Recuerdo aún el año 1972 cuando estaba cursando el 5to. año de primaria en la Gran Unidad Escolar Ricardo Palma. Nuestro tutor (profesor) nos ofreció la posibilidad de continuar la secundaria en el colegio Peruano Alemán Alexander von Humboldt. En ese entonces no imaginé los grandes cambios que viviría y la enorme oportunidad que se me estaba presentando. Mi padre, algo incrédulo, me dijo que postulara; tal vez, solo para probar si podía ser de los seleccionados. En ese entonces, yo vivía con mi familia en Surquillo, en el sector considerado por el colegio Humboldt para los participantes. Pasé la primera prueba y con los seleccionados fuimos agrupados en dos secciones donde recibíamos durante las tardes clases de alemán y matemáticas. El idioma alemán era el primer idioma extranjero al que estaba expuesto, sin considerar que en mi casa mis padres hablaban muchas veces en japonés, idioma que los hijos aprendimos muy poco. En ese entonces yo no consideraba que era tan bueno en el idioma alemán.

Durante el periodo de preparación mis padres decidieron mudarse al distrito de La Victoria y cuando tuvimos que escribir la nueva dirección del domicilio esto me inhabilitaba para optar por una de las becas, pues ya no pertenecía al sector distrital del Humboldt.

Recuerdo que mi padre me dijo que una persona importante de la administración del Humboldt se presentó en su restaurante para decirle que, por insistencia del profesor de matemáticas, Herr Witte, me otorgarían la beca solo si mi papá se comprometía a que yo llegue siempre puntual a clases. Así ingresé al colegio Humboldt, al cual agradezco la educación que nos brindó. No sólo recibimos una educación con un excelente nivel, sino pudimos aprender mucho de la cultura alemana.

Irene Gomez

Yo fui uno de los afortunados cuyos padres enviaban a sus hijos de intercambio a Alemania. Allí conocí a mi familia anfitriona (Gastfamilie) con quienes siempre mantuve una estrecha relación y de quienes aprendí mucho de la cultura alemana. Actualmente tengo un ahijado (Patenkind), hijo de mi hermano anfitrión (Gastbruder).

Al terminar la secundaria en el Humboldt seguí estudios de agronomía en la Universidad Nacional Agraria La Molina, y al finalizar mis estudios decidí mudarme a Guatemala, donde trabajaba en ese entonces mi hermano alemán para la Cámara de Comercio Guatemalteco Alemana. Así decidí dedicarme a una actividad que siempre me fascinó, que es la acuacultura de peces ornamentales. En esa época consideré que en el Perú no había mucho mercado en ese campo. Actualmente, sigo viviendo en Guatemala y me dedico a la importación y comercialización de productos relacionados con el acuarismo. También colaboro con pequeños productores locales de peces ornamentales a quienes proveo de especies y variedades nuevas para el comercio.

Mis tres hijos estudiaron también el idioma alemán en el Colegio Austriaco en Guatemala. Y, sigo creyendo firmemente que el colegio Humboldt amplió los horizontes de todos los que participamos en el ingreso lateral. Con los compañeros de clase hemos entablado una amistad que perdura a través del tiempo y la distancia. Nos unen muchos recuerdos y complicidades del grato tiempo que tuvimos la dicha de compartir.

Im Norden, im Süden, wo es nur immer ist,
vergiss nie, dass du ein Humboldtschüler bist.