30 años después - un reencuentro con Perú

En la ciudad de Wertheim am Main, ahí donde Baden-Württemberg limita con Bayern, se realizó del 18 al 20 de junio de 2010 una reunión de ex profesores de Lima de los años 70. Dicha reunión se organiza cada tres años y a los aprox. 60 participantes les tocó un fin de semana soleado. En este entorno nació la idea de organizar un viaje de aventura y nostalgia a Lima y al noreste de Perú para el 2011. La participación se limitó a ocho participantes dado el espacio de una camioneta Hyundai. El grupo se formó rápidamente, tal como lo muestra la foto tomada delante del Hotel Alemán de la Av. Arequipa: Mechthild y Werner Zöller, Renita y Sigi Liedl, Gerdemie Gauf, Hildburg Heidrich, Gertie Göbel y Reiner Bleyh, quien no era la primera vez que organizaba y ejecutaba un viaje de este tipo. Todos nosotros enseñamos entre los años 1972 y 1980 entre siete a tres años en el Colegio AvH y la ESEP; para algunos sería el único colegio en el extranjero, pero para otros siguieron otros (hasta ocho). Pero para todos era la primera vez que salían por trabajo al extranjero y para todos era una experiencia que los marcó gratamente, como el ”primer amor“ que uno nunca olvida. Para algunos fue además el lugar de nacimiento de sus hijos, lo que los une aún más a Perú.

En aquel entonces llegamos a Perú en barcos de la empresa Italian-Line que nos transportó de Genua al Callao durante cuatro semanas en primera clase. En Lima nos esperaban días turbulentos: las protestas contra la dictadura militar del primer „chino“, Velásquez Alvarado, luego ya más moderado Morales Bermúdez. Las protestas terminaban como guerra civiles con barricadas y “toque de queda“. No eran pocos los padres de familia de nuestros alumnos que participaban en la lucha, de tal manera que la lucha por la democracia también llegó a nuestro colegio. Ya existía el “Haiti“, pero en varias partes de la Av. Benavides todavía habían tierras agrícolas. Entre la ciudad y Ancón se manejaba kilómetros a través de un desierto no poblado. El colegio tenía en esa época la misma cantidad de profesores y alumnos que hoy en día y se ofrecían diversas actividades escolares en música, teatro y deporte así como cursos técnicos de alto nivel de enseñanza. Pero, sin duda, la infraestructura está más bonita, un verdadero oasis en medio de un terrible tráfico, limpio hasta el último rincón, inmerso en un mar de plantas y flores. Cualquier colegio alemán sentiría envidia; inimaginable que algún alumno no se sienta a gusto aquí.

Miraflores también está más bonito; la limpieza y el cuidado de los múltiples parques casi no se puede mejorar más, a pesar de que la cantidad de puestos de vigilancia y cercos eléctricos muestran que la maravilla tiene sus límites (claro que en nuestra época también ya robaban carros y entraban a las casas). La playa de los profesores “El Silencio“ alias “Hawai“ también ha cambiado muchísimo con diversas construcciones, pero la maravillosa bahía con sus olitas en la orilla no han perdido su encanto.

Hasta aquí con la nostalgia del viaje, el encuentro con el pasado con el que también contribuyó una reunión con el Sr. Málaga y las señoras Nöding y Lühr. La segunda parte debiera ser un poco más aventurera, en tal sentido tomamos un paseo de tres días por el Huallaga-Marañon-Ucayali (debido a las lluvias, los tres ríos estaban bien cargados) desde Yurimaguas hasta Iquitos. Tal como corresponde a un viaje de docentes, consideramos aspectos pedagógicos y esto significaba que “la cabeza, el corazón y la mano “ debían tener el mismo nivel de trabajo. El elemento manual fue representado por los pies, ya que hemos caminado mucho (p. ej. a Revash, en Kuélap), nos hemos bañado mucho (en el mar, cataratas, ríos, baños termales). “La cabeza y el corazón“ tuvieron su lugar en Caral, la Huaca de la Luna, el maravilloso museo del Señor de Sipán, las pirámides de Túcume - todos los tesoros, que no conocíamos en los años setenta. Y cabe resaltar, por supuesto, el Pisco Sour, que ahora se consigue casi en todos los lugares con un excelente calidad. Nuestra ruta (Lima - Trujillo - Lambayeque - Jaén - Moyobamba - Tarapoto - Yurimaguas, nuevamente de regreso hasta Chachapoyas - Leymebamba - Celendín - Cajamarca - Pacasmayo - Lima, aprox. 3 700 km) no se basaba en la nostalgia porque para la mayoría era tierra nueva, porque en nuestra época la carretera Marginal de la Selva no era muy “transitable“, solo se consideraba ir en avión a Tarapoto para un fin de semana soleado. Y eso hay que resaltar: los avances que ha tenido Perú en las últimas décadas lo demuestra sobre todo la infraestructura vial; las calles y carreteras son asfaltadas o mejoradas constantemente.

31 días duró el viaje, ninguno se enfermó (teniendo en cuenta que todos estamos a fines de los sesenta), no tuvimos llanta baja, se cumplió con el itinerario del viaje - una mezcla feliz de nostalgia y aventura “limitada” en el país en donde nuestro corazón siempre late más fuerte: Perú.

Reiner Bleyh
Ex-profesor

Im Norden, im Süden, wo es nur immer ist,
vergiss nie, dass du ein Humboldtschüler bist.