Entrevista con Corella Casas Delucchi

Corella Casas Delucchi ha emprendido una exitosa carrera científica en el área de biología molecular y celular. Ella comparte su experiencia con nosotros en esta entrevista.

Después de graduarme en Lima me mudé a Munich para estudiar Biología. Pasé cinco años en la Ludwig-Maximilians-Universität (LMU), en donde obtuve el diploma profesional. Desde el comienzo estuve segura de que lo que me interesaba era la investigación y que hacer un doctorado es prácticamente obligatorio. Tuve la oportunidad de hacer mi tesis de diplomado en un laboratorio de renombre, donde aprendí mucho sobre el trabajo científico. El siguiente paso fue conseguir una plaza en el doctorado. Aunque no sea una regla, se recomienda cambiar de laboratorio después de cada etapa, así que decidí mudarme a Berlín y aceptar un lugar en el Max Delbrück Center de medicina molecular. Al cabo de un año y medio, el laboratorio donde trabajaba se mudó a Darmstadt, al sur de Frankfurt. En Darmstadt terminé mi trabajo de doctorado, presenté mi tesis y lo sustenté el 2011. Desde entonces estoy trabajando como investigadora “post-doc” en el mismo laboratorio, terminando algunos proyectos y preparando el siguiente paso en mi carrera.

Desde el colegio me llamó la atención la genética. Desde un principio sabía que quería trabajar en algo relacionado con este campo de la biología, que alcanzó las noticias en el público general en el 2000, como consecuencia de la clonación de la oveja Dolly y de la presentación del borrador inicial del proyecto del genoma humano.

Durante mis años de estudios conocí fascinada y a profundidad las diferentes ramas, algunas tan nuevas que aún no llegan a los libros de colegio; entre ellas; la epigenética. Esta disciplina estudia modificaciones hereditarias que controlan, entre otros, la expresión del genoma. En otras palabras: el genoma, o la totalidad de genes de un organismo, contiene todas las instrucciones necesarias para formar cualquier célula del cuerpo: del cerebro, del músculo, de la piel, etc. Son las modificaciones epigenéticas las que determinan qué genes son activados en cada célula y finalmente definen la identidad celular. Más aún, son también mecanismos epigenéticos los encargados de mantener esta identidad más allá de la división celular. En consecuencia, son también capaces de revertir dicha identidad. Entonces, la epigenética juega un rol fundamental cuando se habla de la reprogramación de células. Este proceso, que consiste en crear por ejemplo células madres a partir de células adultas, es una de las técnicas más prometedoras en lo que se refiere al futuro de la medicina.

Para los próximos años mis planes son quedarme en Europa, aunque de ninguna manera descarto la posibilidad de regresar a Perú más adelante. La decisión depende de muchos factores; entre ellos, cómo se vaya desarrollando el campo de la investigación básica, tanto en Perú como en Europa. Sigo con mucho interés iniciativas como la del Dr. Modesto Montoya de impulsar la cultura científica en el Perú.

La libertad de tener una idea y perseguirla hasta crear un proyecto en base a ésta. Otra cosa que me encanta es que el trabajo de investigación tiene tareas muy variadas: desde la parte experimental, que incluye trabajar con células vivas, ADN, proteínas, partes más técnicas, como el manejo de microscopios de tecnología de punta, o programación, partes creativas, como el diseño gráfico que implica preparar presentaciones o publicaciones, hasta lidiar con tareas administrativas y pedagógicas.

Además, trabajar haciendo ciencia significa ser parte de una comunidad global, lo cual permite y exige un amplio intercambio cultural. Todo esto es contrario al cliché de que el científico vive encerrado en el laboratorio. Mi carrera me ha permitido viajar por todo el mundo, ya sea para establecer cooperaciones, aprender técnicas nuevas o presentar resultados en conferencias internacionales.

El éxito de un científico, lamentablemente, no se basa sólo en su calidad de investigador, porque la capacidad de hacer política tiene bastante peso, aunque no sea mi vocación. Hasta ahora he logrado esquivar este aspecto de la carrera académica. Cuanto más se avanza en la jerarquía, este lado no científico de la ciencia se vuelve más importante.

Uno de los retos más importantes para un científico es tomar parte en el proceso de formación de futuros investigadores. Nuestro trabajo incluye mucha interacción con estudiantes universitarios y a veces también con escolares, a quienes por ejemplo tratamos de dar una introducción en el trabajo de laboratorio.

Una experiencia muy enriquecedora para mí, aunque no totalmente relacionada con la ciencia, fue tener la oportunidad de visitar el año pasado una clase de sexto grado del Humboldt para conversar con los alumnos sobre mi experiencia de estudiar y vivir en Alemania. Interactuar con los chicos, su interés y sus preguntas fueron para mí una experiencia realmente enriquecedora.

Mi intención es seguir en la investigación básica. El siguiente paso es trabajar para lograr una posición cada vez más independiente. El reto más grande para la mayoría de científicas, en mi opinión, es mantener un balance sano con la vida privada, porque un investigador, en especial si trabaja con animales o células vivas, no sigue horarios de oficina. Hay épocas en las que hay que ir al laboratorio de lunes a domingo, por más de doce horas al día.

Entrar en contacto lo antes posible con profesionales del campo que les interese, con gente que pueda contarles sobre su experiencia laboral, sobre las exigencias que el sistema tiene respecto a su preparación en y más allá de la universidad, sobre los gajes del oficio. Hacer prácticas para poner en uso la teoría y convertirla en algo real, palpable. Y viajar, siempre viajar.

9. ¿Algo más que tú quisieras comentar?

Me gustaría aprovechar la oportunidad para expresar mi gratitud y orgullo por ser exalumna del Humboldt. Las bases que me dieron los años de colegio y la ventaja de salir hablando cuatro idiomas, me han abierto muchísimas puertas y son útiles hasta ahora, diez años después. Creo que la tarea más importante de un colegio es dar a sus alumnos las herramientas necesarias para lidiar exitosamente con los retos que traen los años de estudio profesional y del mundo laboral. Considero a los exalumnos del Humboldt, profesionales exitosos en los más diversos campos, y sobre todo, a ciudadanos del mundo.

Im Norden, im Süden, wo es nur immer ist,
vergiss nie, dass du ein Humboldtschüler bist.