Helga: Recuerdos imborrables
Un crespón negro más en el anuario de nuestro Colegio. Es el luto profundo que nos aqueja una vez más a la familia humboldtiana por el adiós sin retorno de "FRAU LÜHR", quien a boca y corazón plenos nos dice: "Me voy con la tarea bien cumplida". En más de treinta años era casi siempre la primera en llegar y la última en salir de su centro de trabajo. Deja un surco imborrable, digno de admiración y casi inimitable por su tenacidad y reciedumbre.
La tarea encomendada a su responsabilidad, una de las más difíciles de cumplir en una obra en infancia y de un porvenir que ahora palpamos, exigió de la Sra. Lühr una generosa y sacrificada entrega que admiramos quienes la tratamos, sobre todo en años difíciles que le exigían una actitud casi heroica. ¡Qué tal reciedumbre y tenacidad en su diaria labor! Con la sonrisa y la broma en los labios, sobre todo frente a los más humildes servidores del Colegio. Todos admiramos, especialmente en sus últimos años de descanso, la fortaleza increíble de ánimo para mantenerse firme ante todos - y son muchos- los sufrimientos y calvarios que la Providencia le ofreció. Ejemplo para quienes la conocimos y tratamos.
IRIS, hija única, recibiste de tu madre el don de la vida, pero más que eso: una educación singularísima, no solo en lo académico sino también en lo físico. Los anales del Colegio nunca podrán olvidar a ese puñado de chicas -tú fuiste una de ellas- que dieron lauros deportivos de emoción con su esfuerzo y constancia. Tu madre descansa en paz y sigue velando por ti y por tus hijos.
¡Hasta pronto, Helga!
Alberto Málaga