Las bibliotecas: un enfoque digital

La pandemia del COVID-19 golpeó de forma terrible la salud de las personas en todo el mundo. El cierre de los lugares públicos, el confinamiento obligatorio y el teletrabajo -solo por nombrar algunas de las situaciones que nos trajo la pasada pandemia- han sido factores que han influenciado la manera de trabajar de las bibliotecas. Por suerte, muchas de ellas, gracias al desarrollo del área digital, como las redes sociales, han podido continuar con gran parte de sus labores. El boom del trabajo en línea, el acceso a la información a través de los medios digitales y la facilidad de hoy en día de poder visualizar todo tipo de contenido informativo desde cualquier dispositivo ayudaron a que no se pierda el acceso al conocimiento y a la investigación.

Las bibliotecas, al igual que muchos medios de información, fueron impactadas por el confinamiento obligatorio y muchos de estos espacios debieron adaptarse al uso determinante de las redes sociales, la digitalización de las colecciones bibliográficas, servicios de streaming, a las charlas y capacitaciones vía Facebook Live, Zoom, Teams, etc. Gracias a estas herramientas tecnológicas se logró que escolares, universitarios y personas que necesitaban tener acceso a ciertos sitios de información lograran alcanzar un impacto positivo en su desarrollo educativo.

La mayoría de repositorios bibliográficos liberó el acceso a sus bancos digitales para que se pudiera ingresar y descargar la información específica, decisión de gran ayuda en varios aspectos para los estudiantes y para el público en general. Por ejemplo, debido a los “toque de queda” dictados por el gobierno, no se podía circular en las calles a ciertas horas ni mucho menos viajar al interior o exterior del país, lo cual fue perjudicial para los estudiantes que necesitaban realizar investigaciones de campo para desarrollar sus tesis de grado; no obstante, los institutos y universidades fueron condescendientes y aceptaron que realicen toda la investigación bibliográfica completamente virtual. Es por ello que, entre los años 2020 y 2021, se dieron a conocer las primeras sustentaciones de tesis vía online: algo que parecía ser lejano se hizo realidad en estos tiempos.

Determinante fue la adquisición de material electrónico, conocido como e-books. Antes de la pandemia, no había mucho interés en la compra de estos paquetes, pero debido a la realidad que nos tocó vivir, fue necesaria su adquisición y actual desarrollo. Hoy en día, la mayoría de las bibliotecas cuenta en sus catálogos con bancos digitales de sus colecciones, esto es beneficioso para las personas puesto que desde la comodidad de su casa pueden realizar su investigación o si desean el préstamo de un libro electrónico lo pueden hacer de forma remota u online.

Otra de las tecnologías en información que se vienen desarrollando es la de la Inteligencia Artificial (IA), que comúnmente se comienza a utilizar en bibliotecas para recomendación de lectura, catalogación y gestión de inventario, búsqueda de información y asistencia virtual. La IA tiene la capacidad para cambiar la forma de trabajo de las bibliotecas, pero esto no significa que las reemplazará; puede ayudarlas a ser más eficientes y a ofrecer un mejor servicio al público en general.

Finalmente, los bibliotecólogos tienen definitivamente una gran tarea al incorporar estas nuevas herramientas para el uso y la preservación del material bibliográfico, así como al servirse de ellas en la orientación y en el apoyo a los usuarios, esencialmente, en las áreas de educación y aprendizaje.

Víctor Aranda Puente
Biblioteca



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