Hace unos cuantos años, escuché una entrevista que me hizo pensar. Trataba sobre la lucha de las mujeres en los años 60 por la igualdad de trato. En una universidad, las chicas sufrían un “toque de queda” a las 11:00 pm., mientras que los chicos podían regresar cuando querían. La razón, según los directivos de la universidad, era la seguridad de las mujeres. ¡Claro! …porque las cosas malas a medianoche solo les suceden a las mujeres, ¿verdad? Ellas argumentaron que estaban más que dispuestas a asumir la responsabilidad de cuidarse solas con tal de gozar de la libertad de decidir a qué hora volver.

Siempre queremos más libertad, desde que somos niños hasta que nos volvemos adultos "responsables"; desde escoger lo que jugamos, leemos o vemos hasta decidir con quién pasamos tiempo o si estudiamos o si lo dejamos para mañana. Sin embargo, es mucho más difícil reconocer también la responsabilidad que viene con esa libertad o, dicho de otra forma, debemos estar dispuestos a asumir también las consecuencias de nuestras acciones fruto de esa libertad.

Imagina que eres libre como un pájaro, que vuela hacia el sol. ¡Qué increíble sensación de poder volar adonde quieras, sin nada ni nadie que te retenga! Pero ... ¿dónde está tu nido? ¿Tu comida? Además, si vuelas demasiado alto, corres el riesgo de quemarte.

Así es la libertad; es como poseer un auto nuevo, con el que puedes ir donde quieras, pero ¿qué responsabilidades vienen con esa libertad? Hay que aprender a manejar, sacar brevete, revisar el aceite, comprar gasolina, hacerle periódicamente mantenimiento, contratar un seguro. Solo así, asumiendo esas responsabilidades, podrás disfrutar realmente e ir adonde quieras.

El lema de este año nos lleva a reflexionar sobre cómo disfrutar la libertad de manera saludable, que nos permita crecer, ser cada día mejores personas. Con la libertad también debemos ser responsables y esa es la parte difícil, pero si no lo hacemos, podríamos terminar perdiendo esa misma libertad que tanto anhelamos. Vale la pena ser también responsables, ¿no lo crees?

Patricia Salazar
Coordinadora docente