Hacer la obra de prom ha sido uno de los proyectos favoritos de toda mi vida. Recuerdo cuando me llamaron para ir a ayudar y cómo pensé que no habría lugar para mí entre tanta gente. Sin embargo, al llegar a mi primer ensayo no éramos ni diez personas: muchos habían partido a Alemania debido al intercambio. Aun así, nuestro grupo hizo conexión muy rápido y ahora somos buenos amigos. En nuestras manos, la obra fue cobrando vida; cada ensayo era mejor que el anterior, porque avanzábamos lento pero seguro. Entre unas quince personas modificamos el guion de la prom de 2021 y la volvimos nuestra (un saludo para todos ellos si leen el artículo, gracias también). Las últimas semanas resutaron, sin duda, emocionantes: cada vez se integraba más gente y afloraban los vestuarios. No fue fácil, todos teníamos mucho que hacer y muy poco tiempo para concretarlo, pero creo que eso significó el origen de una lección que valoro mucho. Si uno realmente quiere, puede lograr hasta lo que parece imposible. A veces, pienso que nos volvimos un poco como la misma obra. Cada uno puso de su parte en situaciones fuera de nuestra vida cotidiana y salir de nuestra zona de confort fue lo que nos ayudó a disfrutar el resultado, al igual que nuestra querida Charo. A pesar de las adversidades y discusiones, al final nos volvimos un equipo increíble. Nos reencontramos con gente con la que habíamos dejado de hablar, creamos nuevas amistades y reímos como nunca. Gerardo fue el mejor director, pero, además, un nuevo amigo. Todos le agradecemos su dedicación, su buen humor y su calma en nuestros momentos de crisis. Gracias a todos los que participaron y a las personas que llegaron a último momento y que aportaron a la obra lo que le faltaba. Gracias al elenco por darle vida a la obra y a cada persona que contribuyó a su manera. Estoy segura de que nunca olvidaré esta experiencia increíble y espero que las promociones que sigan la disfruten de la misma manera.

Luciana Hurtado, V.4