Alexander von Humboldt y la independencia de América
Maria Rosa Zapata de Polensky*
El 16 de julio de 1799, cuando Alexander von Humboldt desembarca en Cumaná (Venezuela), su fervoroso deseo de conocer y explorar tierras exóticas empieza a hacerse realidad. El “pasaporte” con el sello del rey Carlos IV de España que lleva consigo le dará acceso a los territorios de la América española así como a instituciones y archivos, y le facilitará también el contacto con los científicos locales más insignes de la época. Su equipaje es voluminoso debido a los modernísimos instrumentos de medición y observación que él mismo había escogido y preparado cuidadosamente: “Eran más de 50 y debían pesar con sus estuches más de 300 kilos.”1 La financiación de la expedición estaba asegurada gracias a la herencia que había recibido después del fallecimiento de su madre.
Desde el primer momento, la exuberante naturaleza del lugar – tan contrastante con la de su Alemania natal - ejerce una enorme fascinación sobre él y su compañero de viaje, el médico y botánico francés Aimé Bonpland:
“¡Qué colorido el de las aves, los peces y hasta el de los cangrejos (azul cielo y amarillo)!” - escribe Alexander a su hermano Wilhelm. “Hasta ahora estamos como embobados; en los tres primeros días desechábamos un objeto de estudio atraídos por el siguiente para ocuparnos inmediatamente de un tercero y no podíamos concentrarnos en ninguno. Bonpland asegura que se va a volver loco si las maravillas no cesan pronto. Siento que aquí voy a ser feliz y que estas impresiones me van a dar alegría también en el futuro.”2
En los siguientes cinco años los dos científicos recorrerán además de territorios venezolanos, también partes de lo que hoy es Cuba, Colombia, Ecuador, Perú y México antes de volver a Europa después de una corta visita al presidente George Washington en Filadelfia (EE UU). (Ver gráfico de la ruta)
El objetivo de su viaje era – en palabras del mismo Humboldt - “contribuir al progreso de las ciencias naturales”3 y sus estudios abarcarán múltiples disciplinas: desde la astronomía y la botánica, pasando por la geografía y mineralogía, hasta la vulcanología. Su visión de los fenómenos naturales y sociales era global y para él todos estaban interconectados entre sí. “Todo es interacción” – decía.
Pero además de las ciencias naturales al viajero también le interesaban la historia y el quehacer político de las regiones que visitó. Los apuntes en su diario de viaje y sus publicaciones posteriores dan fe de ello. A continuación, presentamos - en forma muy resumida y en base a los resultados más recientes de las investigaciones realizadas - su pensamiento respecto del sistema colonial que encontró y a la independencia que ya se estaba gestando en esos años.
Dura crítica al sistema colonial, a la esclavitud y al maltrato y explotación de los indígenas
En un aparte de su diario de viaje fechado en Guayaquil en enero/febrero de 1803 y que él titula “Colonias” Humboldt critica severamente este sistema. Ahí escribe, por ejemplo:
“... la idea de la colonia es en sí una idea inmoral, es la idea de un país obligado a tributar a otro, de un país en el que no se debe alcanzar sino un determinado grado de prosperidad, en el que la industria y la ilustración no se deben difundir sino hasta un cierto punto. Pues más allá de estos límites ... la madre patria ganaría menos, más allá de esta mediocridad la colonia demasiado fuerte, demasiado en condición de sostenerse a sí misma se independizaría. Todo gobierno colonial es un gobierno de desconfianza.”4
Unos párrafos más adelante, condena, asimismo, la esclavitud de cuyos estragos fue testigo sobre todo en Cuba en los siguientes términos:
“En ninguna parte debe un europeo tener más vergüenza de serlo que en las islas, ya sean las francesas, las inglesas, las danesas o las españolas. Discutir sobre qué nación trata a los negros con
más humanidad es burlarse de la palabra humanidad y preguntarse si es más agradable ser destripado o despellejado.” 5
Sobre los abusos contra los indígenas en las minas y haciendas que visitó escribe en el pasaje de su diario dedicado a las misiones:
“Con ellos es como con los africanos, se dice que están bien cuando no los matan y se cree que están protegidos por la ley cuando sin intervención de un juez sólo se atreven a darles 25 golpes.6
Sus principios anticolonialistas y su ambivalente relación con la corona española
Esta severa crítica no sorprende si se tiene en cuenta que “los ideales políticos de Humboldt estuvieron desde su juventud imbuidos de las ideas de la Ilustración y los postulados de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad. Estos valores determinaron toda su vida y su actividad científica. Era el concepto de la ‘unidad de la especie humana’, del respeto por todas las culturas, religiones y razas humanas. Su leitmotiv era: ‘Todos están igualmente destinados a ser libres’.”7
Lo que sí llama la atención de los estudiosos de su obra es que esta aguda crítica al sistema colonial y sus lacras quedara durante su viaje en las páginas de su diario sin ser manifestada públicamente y que apareciera solo más tarde en sus publicaciones oficiales y en términos más atenuados. “Por consideración al gobierno español” – dice Margot Faak.8 Sin el apoyo de la corona española su expedición no hubiese sido posible y hacer pública su crítica durante el viaje hubiese podido poner en peligro su trabajo científico – explica Frank Holl.9
Percepción del conflicto entre criollos y peninsulares y amistad con patriotas
En su crítica a la clase dominante de la época, Humboldt no es menos radical. “Los funcionarios europeos de origen humilde pero enriquecidos gracias al abuso de la autoridad confiada se jactan de sus puestos” - escribe. “Los criollos, como reacción, buscan obtener cruces de órdenes, así como títulos con los que la madre patria halaga su vanidad y los desangra lentamente. La misma reacción produce un odio mortal entre los europeos y los criollos, el hijo detesta al padre.”10
Corre el año 1803 y el descontento general es perceptible, pero aún no se vislumbra un movimiento independentista prometedor. “Los gobiernos europeos han tenido tanto éxito en difundir el odio y la desunión en las colonias que aquí casi no se conoce los placeres de la vida social” – observa Humboldt. “De esta situación nace una confusión de ideas y de sentimientos inconcebibles, una tendencia revolucionaria general. Pero este deseo se limita a perseguir a los europeos y hacerse luego la guerra entre ellos mismos.”11
Durante su viaje, el científico alemán hizo también muchos amigos.12 Buen número de ellos se unirían más tarde a la lucha independentista y no pocos perderían la vida en ella. Entre los más conocidos cabe mencionar al ecuatoriano Carlos Montúfar quien se unió a la expedición en Quito y formó parte de ella incluso hasta su regreso a Europa y al reconocido botánico y astrónomo colombiano Francisco José de Caldas. El primero fue fusilado en julio de 1816 en Buga y el segundo fue ejecutado en octubre del mismo año en Bogotá. Humboldt deplorará las muertes de sus amigos “perecidos en las sangrientas revoluciones” por ejemplo en su “Relation historique du voyage aux régions équinoxiales du nouveau continent.”13
Vuelta a Europa y su relación con Simón Bolívar
La relación entre Humboldt y Bolívar ha sido tema de numerosos estudios que van desde considerar al primero como maestro de Bolívar y “Padre de la Independencia” hasta poner en duda que estos dos personajes se hayan encontrado alguna vez personalmente.
La mayoría de los expertos coincide en que hubo dos encuentros: uno en París el 27 de agosto de 1804 y otro en Roma el 1 de mayo del año siguiente.14 Humboldt había llegado de vuelta de su expedición el 3 de agosto de 1804, estaba por cumplir los 35 años y en Europa era aclamado por su hazañoso viaje y sus valiosos conocimientos. Bolívar tenía 21 años, estaba en viaje de estudios por Europa y frecuentaba los salones y tertulias culturales que Humboldt probablemente también visitaba. No se conoce el tema de sus conversaciones durante estos dos encuentros ni tampoco hay indicios de que ambos hayan estado en contacto en los siguientes 16 años.
Lo que sí se sabe de este periodo es que el sabio alemán siguió con interés y simpatía los movimientos independentistas.15 Michael Zeuske afirma, sin embargo, que Humboldt mismo no era un revolucionario sino reformista16”. Walther Bernecker dice que él “tenía fe en las fuerzas reformistas” y “apostaba, en la lucha contra el abuso de poder y la injusticia, por las fuerzas civiles y no las militares.” “Su mayor ideal era la voluntad de transformación civil, especialmente la institucionalizada” – escribe, pero añade a continuación que “en 1810, cuando finalmente empezaron los movimientos independentistas en diferentes partes del Imperio español, Humboldt se puso incondicionalmente de parte de los ‘patriotas’.”17 Frank Holl por su parte demuestra en su análisis sobre este tema que fue ya en 1808 que se hizo pública su posición pro independentista, cuando aparecieron los primeros capítulos de sus “Ensayos Políticos sobre México” y afirma que “Humboldt fue sin duda el defensor de los movimientos liberacionistas más destacado de Europa.” 18
El contacto con Bolívar se reanuda según las fuentes existentes a partir de 1821, fecha de la primera carta (conocida) que escribe el libertador al científico alemán. Pero en esta, así como en las tres posteriores misivas de Humboldt a Bolívar (de 1822, 1825 y 1826) que Gustavo Vargas Martínez ha podido recopilar, no hay evidencias de una relación o amistad muy cercana. “Una de las características de casi todas las cartas de Humboldt para Bolívar es que recomiendan a algún sabio naturalista” de visita en América - observa Vargas. Otra característica de esta correspondencia es la mutua deferencia y gran admiración. La última carta de Humboldt al libertador transcrita en la obra de Vargas termina así: “Una voz interior me dice que nos volveremos a ver en esta vida, pero en ese continente - que debe su libertad, menos todavía a la gloria de las armas de V.E., que a la noble moderación de su alma - donde espero terminar mis días.” 19
Las recíprocas alabanzas han quedado plasmadas también en otros documentos. Un ejemplo es la muy citada frase de Bolívar en la que llama a Humboldt “el verdadero descubridor del nuevo mundo cuyo conocimiento ha hecho más bien a América que todos los conquistadores juntos”20. Otro son las menos conocidas líneas de Humboldt sobre Bolívar y la esclavitud publicadas en 1826 en el undécimo tomo de su “Relation historique” que a continuación citamos:
“Cambios saludables se alistan en la situación de los esclavos. Según las leyes que gobiernan los nuevos Estados independientes, la esclavitud se extinguirá poco a poco: es la república de Colombia la que ha dado un ejemplo de manumisión progresiva. Esta medida a la vez humana y prudente se debe al altruismo del General Bolívar cuyo nombre resplandece no menos por sus virtudes ciudadanas y su moderación en el éxito que por el brillo de su gloria militar.”21
Bolívar muere en 1830. Humboldt realiza, en 1829, una segunda expedición científica, esta vez de ocho meses y medio y por Rusia incluyendo Siberia y fallece en 1859, de casi 90 años. Su deseo de volver al continente americano no se cumplió; su objetivo de contribuir al avance de las ciencias, por el contrario, fue superado con creces. Su cuantioso legado sigue hasta hoy ocupando a los estudiosos principalmente de América y Europa.
* Doctora en Educación, peruana, reside y trabaja en Alemania. Las traducciones del alemán y francés de los textos aquí citados también son de su autoría.
1 Sánchez Flores, Ramón y Seeberger Max: Humboldt y sus instrumentos científicos. En: Holl, Frank (1997): Alejandro de Humboldt en México, p. 55 -65.
2 Moheit, Ulrike (1993): Alexander von Humboldt: Briefe aus Amerika (1799 – 1804), Carta 11.
3 Holl, Frank: Wir kommen von Sinnen, wenn die Wunder nicht bald aufhören. Die amerikanische Reise. En: Holl, Frank (1999): Alexander von Humboldt. Netzwerke des Wissens, p. 63.
4 Humboldt, Alexander von: Reisetagebuch. En: Faak, Margot: Alexander von Humboldt: Lateinamerika am Vorabend der Unabhängigkeitsrevolutionen (1982/2003), p. 63.
5 ibid. p. 64.
6 ibid. p. 73.
7 Holl, Frank (2001): Alexander von Humboldt - Geschichtsschreiber der Kolonien, p. 3. http://www.goethezeitportal.de/db/wiss/ahumboldt/holl_kolonialismus.pdf
8 Faak, Margot (2000): Alexander von Humboldt. Reise durch Venezuela. https://wrz.uni-potsdam.de/romanistik/hin/faak.htm
9 Holl, Frank (2001), op. cit. p. 9.
10 Faak, Margot (1982/2003), op. cit. p. 65.
11 ibid. p. 64.
12 Faak, Margot: Alexander von Humboldt und die lateinamerikanische Unabhängigkeitsrevolution. Persönliche Begegnungen und Freundschaften mit Patrioten. En: Zeuske, Michael/ Schröter, Bernd (1992): Alexander von Humboldt und das neue Gesichtsbild von Lateinamerika, p. 100.
13 Humboldt, Alexander von (1819): Relation historique du voyage aux régions équinoxiales du nouveau continent. Tomo 2, p.1 y Tomo 1 (1814), p. 36. www.avhumboldt.de. Ver también carta de 1822 de Humboldt en: Vargas Martínez, Gustavo: Humboldt y Bolívar. Testimonio epistolar del verdadero encuentro entre ambos mundos. En: Zea, Leopolod/Magallón, Mario (1999): El mundo que encontró Humboldt.
14 Ver por ejemplo la cronología de www.edition-humboldt.de
15 Holl, Frank (2001), op. cit. p. 18.
16 Zeuske, Michael (2011): Simón Bolívar: Befreier Südamerikas. Geschichte und Mythos, p. 108.
17 Bernecker, Walther L.: Politik. In: Ette, Ottmar (2018): Alexander von Humboldt. Handbuch. Leben – Werk –Wirkung, p. 163.
18 Ver cita 15.
19 Vargas Martínez, Gustavo: Humboldt y Bolívar. Testimonio epistolar del verdadero encuentro entre ambos mundos. En: Zea, Leopolod/Magallón, Mario (1999): El mundo que encontró Humboldt, p. 113.
20 Citada por ejemplo en https://www.avhumboldt.de/?p=605 donde se da como fuente: Bolívar, Simón: Obras Completas, Vol. II., Madrid 1984, p. 328, 326.
21 Humboldt, Alexander von (1826): Relation historique du voyage aux régions équinoxiales du nouveau continent, op. cit. Tomo 11, p. 167-168.